“Al humanismo no se renuncia por demagogia electoral. No me importa perder votos, no es mi idea la disputa de poder ni los cargos públicos”, posteó ayer en su cuenta de tuiter la diputada nacional Elisa Carrió, que así volvió a sumar tensión puertas adentro de la alianza Cambiemos, al plantear su desacuerdo con la nueva reglamentación sobre el uso de armas para las fuerzas de seguridad.
La expresión va en línea con lo que Carrió había manifestado el lunes, cuando arremetió con dureza contra la impulsora de la iniciativa, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich: “esa reglamentación viola los derechos humanos fundamentales”. “Nosotros no vamos a ir al fascismo. Esto no significa que la Policía no tenga el poder para mantener el orden, pero a la ministra se le va la mano”, había publicado en las redes sociales.
La postura desafiante de Carrió frente al Gobierno alcanzó ayer su máximo pico de tensión, cuando la diputada no concurrió a la sesión de Diputados (para no votar) y apoyar la candidatura del oficialista, Emilio Monzó. Además, obligó al remanente de Cambiemos a negociar parte del temario con otros bloques parlamentarios.
Las diferencias de Carrió con Monzó nacieron meses atrás, cuando ella lo acusó en la sesión de “no dejarla hablar” en el recinto por la despenalización del aborto. Ahora, con este “faltazo”, quedó en evidencia que la animadversión aún persiste. La justificación para esta importante ausencia es que Carrió “está trabajando contrarreloj con el informe del estado de las causas de corrupción que inició la Coalición Cívica”. Pero allegados a la dirigente, admitieron “off the récord” que no fue por sus diferencias con Monzó.
En tanto, desde el Gobierno de Cambiemos calificaron de “exagerada” la crítica de líder de la Coalición Cívica al nuevo reglamento. Sin embargo, Carrió está convencida que la iniciativa de Bullrich (fue su mano derecha durante muchos años en la CC), es una “sobreactuación bolsonarista” y que tiene que ver con medidas populistas.
Y como si los planteos realizados fueran pocos, deslizó su próxima desavenencia: también se opondrá a la nueva ley de financiamiento para las campañas políticas, ya que no está de acuerdo con la autorización a los partidos políticos a recibir aportes privados.
Respuesta de Cano
“Es una decisión razonable para un contexto crítico”, opinó el diputado nacional por Tucumán José Cano, al respaldar la decisión del ministerio que comanda Bullrich.
“Este no es un debate sobre ideologías políticas. Se trata de la decisión de un gobierno que asume la decisión de atacar el problema de la inseguridad en serio y sin eufemismos”, remarcó.
“Vivimos una situación muy grave. Las fuerzas de seguridad enfrentan al delito en inferioridad de condiciones. Por eso, el que se autorice el uso de las armas de fuego en situaciones críticas es una medida razonable y valiente. No hay un aval al gatillo fácil, es el respaldo a hombres y mujeres que se juegan la vida por cuidar a nuestra gente”, indicó Cano luego de los posteos de Carrió en las redes sociales.
El diputado, además de salir a respaldar la resolución firmada por la ministra Bullrich por la que se ampliaron las potestades de las fuerzas de seguridad federal para el uso de armas de fuego, también dejó lugar para criticar las voces disonantes que se levantaron en esta provincia.
“El Gobierno tucumano reacciona con su hipocresía habitual ante un tema tan complejo. Desde la misma administración en la que el Estado contrata a narcos y ladrones como sus empleados, o en la que la cárceles y comisarías son verdaderas pocilgas, levantan la voz para hablar de los derechos humanos y sacar provecho o algún falso rédito político”. “Necesitamos terminar con el falso discurso permanente y hablar en serio sobre lo que enfrentamos como sociedad”, remarcó el diputado.
Antecedentes
La arremetida de Carrió llega en el peor momento de la relación con el presidente Mauricio Macri, con quién no habla desde el quiebre por el pedido de juicio político contra el ministro Germán Garavano. Desde ese cruce, a mediados de octubre, que ella se alejó de las principales discusiones y decisiones del Gobierno. Esta furia de “Lilita” opacó también la cumbre de los principales referentes del PRO con los de la UCR.
Carrió ya se había distanciado a principio de septiembre, tras el ajuste del gabinete que decidieron Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y que marcó el primer quiebre en la relación. La salida de Mario Quintana del Gobierno le cayó pésimo a la diputada: en el programa de Mirtha Legrand, dijo que el jefe de Estado había echado al mejor, y que había dejado a “los peores” funcionarios.
Ahora, volvió a desautorizar la opinión presidencial. “No me importa lo que opine el Presidente, sostengo lo mismo que decimos desde hace 25 años”, escribió en su Twitter, respecto del financiamiento de los partidos políticos.